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09/05/2024


La única garantía para que el patrimonio cultural y arqueológico se mantenga, es que la base natural del territorio pueda ser preservada.
 
 
Fueron muchas las veces que realizamos el Reconocimiento territorial desde el Humedal el Vinculo Maiporé, hasta la pintura rupestre del ‘Varón del sol’. Caminata que nos permitía apreciar la riqueza ambiental y cultural de la zona; contenida en los humedales, la antigua hacienda el Vínculo y el enclave subxerofítico en los cerros.
 
 
Así pues, con la pérdida de la pintura rupestre del ‘Varón del sol’ queda en evidencia no sólo la necesidad de protección del patrimonio cultural, sino también la importancia de la defensa de los ecosistemas que resguardan dicho patrimonio. Es decir, si muere el ecosistema subxerofítico en Soacha, nos exponemos a una intensa pérdida de biodiversidad, identidad cultural y funciones ecosistémicas indispensables para el equilibrio planetario y para asegurar nuestra adaptación al cambio climático. Si desaparece el ecosistema subxerofítico no habrá oportunidad de salvar la Alondra Cornuda (Eremophila alpestris peregrina) de la extinción a la cual se encuentra sometida, pues esta especie endémica del Altiplano Cundiboyacense anida y se alimenta en el matorral subxerofítico.
 
Cuando caminamos hacia la pintura rupestre del ‘Varón del sol’ nos topamos a medio camino con la escombrera municipal, sí, entre los cerros, comprendíamos que además de la poca investigación que todavía existe alrededor de este ecosistema y de la negligencia institucional, esta es también un área donde se materializa la noción de los territorios sacrificio, en la que los procesos de planificación y uso del suelo se imponen a través de dinámicas de privatización, degradación y despojo de comunes, pues si bien no pertenecen a un particular, sí son indispensables para todas la formas de vida.El ecosistema subxerofítico se encuentra altamente amenazado por actividades mineras e industriales, por la introducción de especies como pinos, eucaliptos y acacias, por la perturbación y alteración del suelo para construcción de viviendas, por la presencia de ganado y el desarrollo de una agricultura no sostenible.
 
 
Entre tanto, hoy duele la pérdida del arte rupestre, pero también todas las muertes que se han dado en silencio, ante nuestros ojos, sin dolientes, a nuestras espaldas o con la complicidad de muchos. Hoy duelen los ecosistemas de Soacha que se encuentran agonizando día tras día.
 
A propósito de la luchas que venimos dando, nos preguntamos ¿perderemos también el Río Soacha por la canalización que se pretende sobre este cuerpo de agua con las obras de adecuación hidráulica de la CAR?
 
Sabemos que la justicia socioecológica deviene del reconocimiento de las responsabilidades y deudas del Estado, pero hemos entendido que solo la participación y organización ciudadana por las vías de hecho y del derecho nos permitirán defender y salvaguarda el territorio.